-Bueno, ¿qué querías decirme?-
dijo Lucia intrigada.
-Bueno, no es una sorpresa. Es más
una pregunta que solo podía decirte cara a cara, y creo que en la fiesta no
vamos a poder tener intimidad.
-Pues pregúntame.- dijo Lucia con
una sonrisa.
-Verás… no es una pregunta muy
adecuada, pero hace tiempo que me la llevo preguntando. ¿Quieres ser mi novia
oficialmente?
Lucia se sorprendió. Lo cierto es
que nunca se lo propusieron. Era una relación un tanto raro. Con todo lo que
habían pasado juntos… muchas veces lo daba por hecho, pero no lo era.
-Pues claro. Tú para mí ya lo
eres.
José quedó aliviado al escuchar
esas palabras. Para él, ella también lo era, pero no estaba seguro.
-Estás realmente espectacular.-
dijo José mirándola de arriba a debajo de nuevo.
-Jajaja. Gracias, tú estás igual,
¿eh? Esta noche quieres poner celosa cuando estés con otras chicas.
-Lo mismo te diré cuando estés con
otros chicos.
-José, yo solo te quiero a ti.-
dijo Lucia segura de lo que había dicho.
Hace un rato, se prometió que Marc
había desaparecido de su vida. Y está claro que José la quiere. No va a
arruinar su vida, que parece ir arreglándose poco a poco.
-Y yo a ti.- dijo José besando a
Lucia.
-Ya casi hemos llegado, ¿no?- dijo
Lucia sonriendo.
-Sí, es allí.
Había mucha gente en la fiesta. Ya
era de noche, por lo que el cementerio aún parecía más terrorífico. Lucía miró
a simple vista. No encontraba a Marc. ‘’Mejor’’ pensó.
-¿Quieres bailar?- preguntó José.
-Claro. Vamos.
Los dos se acercaron a la ‘’pista
de baile’’. En ese momento sonaba una música rockera. Todos bailaban salvajemente. Cada uno como podía y sabía.
A penas había sitio para bailar.
Lucia empezó a moverse junto a
José. Este sonrió y empezó a imitarla. Se reían y bailaban alegremente hasta
que, de repente, una música lenta sonó en el aquel lugar. Ambos se miraron. Se
quedaron enfrente, el uno del otro. Se abrazaron y comenzaron a bailar. Era la
típica música de un final de película. Pero para ellos todavía les quedaba
cuento. Toda una vida.
-Te quiero.- susurró José mientras
miraba fijamente a Lucia.
-Yo también.- respondió Lucia.
Antes de poder darse un beso,
alguien interrumpió a José, dándole unos golpecitos en el hombro.
-¿Me permites bailar con ella?- preguntó
un joven con una camisa y unos vaqueros.