domingo, 29 de enero de 2012

Capitulo 26


La visita en el museo ya había terminado. Todavía era las 12. La visita ha sido más corta de lo que esperaban.
-Chicos, yo estoy muy cansada. Yo creo que sois lo suficiente responsables para volver solos y hacer lo que queráis, ¿no? Hasta dentro de una hora sois mi responsabilidad, pero yo os daré un voto de confianza, al haberos traído amigos. Como algo salga mal, no volvéis a salir, ¿está claro?
-Sí.- dijeron todos a la vez.
-Perfecto. Así estaremos solos.- dijo José susurrando en el oído a Lucia. Sus brazos pasaban de los hombros hasta la cintura de Lucia.
-Cuando quieras nos vamos.- dijo Lucia dándole un beso.
Sofía y su grupo no paraban de mirarlos. Con rabia y envidia. A Lucia le sorprendió Carla. Las estaba siguiendo el juego. Ni siquiera decía nada. Creía que era diferente. Últimamente no le iba nada bien con sus amistades.
Lucia no se podía creer lo que estaba viendo. Sofía sacó una cajetilla de tabaco y sacó un cigarrillo junto con un mechero. Se lo metió en la boca y lo encendió.
-Tú desde cuando fumas.- dijo Lucía acercándose a Sofía.
-Y a ti que te importa.- dijo Lucia sin apenas mirarla.
-Pues será porque todavía me sigues importando.
-Pues deberías de olvidarte de mí.
-Sí. Debería. Ahora me tengo que ir. Adiós, Carla.- dijo Lucia volviendo con José.
-Vámonos.
-Te sigo.- dijo José.
-Me estoy empezando a hartarme del grupito.-dijo Lucia un poco enfadada.
-Cariño, si no te aceptan deberías olvidarlas.
‘’Cariño’’. Todavía no estaba acostumbrada a que nadie las llamase así.
-Ya lo sé.- dijo Lucia con voz triste.- Pero es que no puedo olvidarme de un día para otro de la amistad que hemos tenido Sofía y las demás.
-Si hicieras eso, serías una falsa. Tus sentimientos no pueden cambiar tan rápido.
-Ya lo sé. El colmo ha sido cuando se ha puesto a fumar. Eso no me lo esperaba.
-¿Cuándo estaba contigo no fumaba?
-No. Para nada. Se lo hubiera impedido. Odio a la gente que fuma.
-Jajaja, yo también.- dijo José.
-Bueno. Prefiero hablar contigo. Estar a tu lado.
-Y bueno, ¿dónde quieres ir?
-No sé. Con estar contigo me sirve.
Lucia se dio la vuelta y besó a José. La verdad era que no le importaba ir a ningún sitio. Solo tendría que estar con él.
-A mí me pasa lo mismo.
Andando sin pensar, llegaron a un campo totalmente desierto. Tenían muchos árboles y todo estaba con sombras. Era un sitio perfecto para un verano como ese.
-¿Nos sentamos allí?- dijo Lucia.
-Sí, claro. Vamos.
Se sentaron bajo la sombra de un árbol y empezaron a hablar.
-Dentro de poco empieza el verano.- dijo José.
-Sí dentro de dos semanas. Pff.
-¿Qué pasa?
-Que esta semana tengo los finales. No me acordaba.
-Seguro que te salen bien.
-Pff. Ojalá. Lo único bueno es que dentro de poco podremos vernos a diario.
-Sí.- dijo José dándole un beso a Lucia.
-Te quiero. Te quiero. Te quiero.- dijo Lucia mirando a los ojos a José.
-Y yo también. ¡Dioooooos¡
-Jajaja que pasa.
-Que te quiero de una forma que nunca podía haber llegado a imaginar. No hay palabras para expresarme. Es algo que no te puedo transmitir. Estos 3 días han sido los mejores de mi vida.
Lucia sonrió. A ella le pasaba todo lo que estaba diciendo.
-¿Sabes? A mí me pasa lo mismo.
-Contigo nada es igual. 

Capitulo 25


-Bueno chicos, ya hemos llegado.
Ninguno de los alumnos sabían a qué museo iban. Eso les llamó más la atención. Estaban delante de la entrada del museo. La verdad es que no es el típico museo de ver cuadros. Porque en realidad, allí cuadros, muy pocos. Estaban delante del Museo de Cera de Madrid.
-¿Pasamos?- dijo la profesora.
Entraron y, mientras que la profesora hablaba con unos monitores para que les explicaran un poco más o menos ellos la esperaron fuera.
-Me alegro mucho de que estés aquí conmigo. No paras de darme sorpresas.- dijo Lucia.
-Ya, es que no tengo la cabeza muy bien. Si no, te lo hubiera dicho ayer.
Ayer. Lucia, tan solo con pensarlo, se ruborizó.
-¿Qué te pasa?- dijo sonriendo José.
-Nada que he recordado un poco el día de ayer.
-Jajaja. ¿Y te gustó?
-Mucho.- dijo Lucia dándole un beso.- No me dejes nunca.
-No lo haré.
Los dos sonrieron. Se querían. La profesora en pocos minutos volvió.
-Ya está todo listo.- dijo.- Seguidme sin hacer mucho ruido.
Nada más entrar, había un monitor que nos estaba esperando.
-Hola chicos, me llamo Nacho y, hoy, os explicaré algunas cosas curiosas de algunas de las figuras.
A ninguno le gustó con el tono en que lo dijo. Parecía que tenían 8 años.
Lo primero fue ver la sala del terror, por así decirlo. Todas las esculturas parecían reales. Lucia y José iban cogidos de la mano y se miraban cada vez que veían una escultura nueva. Lucia pasó un día interesante, ya que su ‘’príncipe azul’’ fue a su lado. Lucia se reía. ¿Su ‘’príncipe azul’’? Sí. Realmente existen, y el suyo está a su lado. Le quiere. De eso no hay ninguna duda, y está dispuesta a contárselo a sus padres cuando lleven saliendo una semana. Aunque para sus padres, ellos irán poco a poco. Ahora todo estaba bien. No había nada en el mundo que la pudiera hacerla daño. Ahora no o, ¿tal vez sí?

Capitulo 24


Lucia no se lo podía creer. ¿Qué estaba haciendo allí? Sus ojos se iluminaron al verle. Se besaron apasionadamente. Aunque se hayan visto hace unas horas, parece que han pasado días.
-¿Qué haces tú aquí?- preguntó Lucia asombrada.
-Pues… resulta que hoy si teníamos el cross y, como te dije ayer, yo no voy.
Lucia se emocionó realmente. Le daba igual el por qué, él estaba con ella.
-¿Cuándo nos vamos?- dijo José.
-Cuando vengan los demás.
Sofía y las demás no se podían creer lo que estaban viendo. Lucia prefirió dejarlo estar y dejar de discutir con sus ex-amigas. Ahora su atención se concentró de golpe en otra cosa: en él.
Su historia de amor era muy rápida aunque a los dos les encantaba estar como estaban. Sobre todo a Lucia. Cada día se lleva una sorpresa.  ¡Parecía un sueño hecho realidad! Y así era. José tenía todo lo que Lucia necesitaba y buscaba en alguien. Y a José le pasaba lo mismo con ella. Cada uno se complementaba con el otro. Sentían que juntos se podían comer el mundo.
Poco a poco, la gente iba viniendo y, en pocos minutos, se dispusieron a andar.
-Chicos, alrededor de 20 minutos estaremos allí.- dijo la profesora.
-¡20 minutos andando!- dijeron todos a la vez.
-Venga, chicos no os quejéis. Andar es muy bueno.- dijo concluyendo la conversación la profesora.
Los minutos pasaban y los chicos cada vez estaban más cansados. Si lo llegan a saber, no van. 

Capitulo 23


Paula despertó temprano a Lucia para que no llegara tarde.
-Ya me levanto, mamá.
-Vale pero no tardes.
Lucia se levantó poco a poco. Era demasiado pronto y ella se acostó demasiado tarde. Aunque no le importó. Ya recuperará otro día el sueño. Eligió rápido la ropa y bajó al comedor. Había unas tostadas. Se las comió sin muchas ganas.
-Bueno, mamá. Recojo esto y me voy.
-Vale. Hoy tendrás que irte tú sola.
-Vale.
A su madre no la gustaba que su hija fuera sola al instituto. Pero cree que ya debe de ser hora para que la deje.
-Mamá me voy.
-Vale que te diviertas.
-Lo intentaré.- susurró.
No tenía ganas de volver a madrugar, y mucho menos, de volver a verlas. Ese pensamiento le quitaban las ganas de todo. Caminaba lentamente. Le daba igual llegar tarde. Mejor. Así no tendría que estar con ellas. ¿Lo hace? No. Ella no es de ese tipo de personas. Tarde o temprano las tendrá que ver. Ya casi había llegado en el lugar que quedaron para salir todos, cuando se encontró con alguien.
-¡Hoola! ¿Qué haces tú por aquí?- dijo Lucia.
-Nada. Jajaja. Es que una amiga me invitó a ir a un museo. Me encantan.- dijo Carla.
-Ah. Entonces vas donde yo. Mi instituto hace esa excursión.
-¡Qué sorpresa!
-Jaja pues sí.
Lucia no se esperaba encontrarse con Carla, y menos hoy. Pero piensa que va a ser lo mejor que va a suceder hoy, asique tendría que aprovecharlo.
-Oye que tal la anciana.
-¿Qué anciana? Oh. Ella es mi abuela. Y está bien, no fue nada.
-Ah. Es que me quede un poco preocupada.
-No tranquila. Oye, ¿tú vives por el barrio?
-Sí. Una calle más abajo de donde nos conocimos.
-Ah. Entonces vivimos casi al lado.
-Nunca te he visto.
-Ya, es que me acabo de mudar.
-Ahm. No vi ninguna mudanza. Jajaja.- dijo Lucia sonriendo.- Bueno ya casi hemos llegado.
-Jajaja. Sí. ¿A ti te gustan los museos?
-Bueno… ni sí ni no. Más bien lo hago por no ir a clase. ¿Y a ti?
-Jaja. A mí realmente sí me gustan. Por eso posiblemente me llamen ‘’rarita’’.
De primeras no parecía para nada una ‘’rarita’’. Era pelirroja, pelo rizado, ojos verdes, cuerpo normal… ¡De dónde se sacan que es una rarita! Si es muy simpática.
-Eres muy simpática y de aspecto no te pareces a ningún bicho-raro de esos.- dijo Lucia sonriendo.
-Ya… pero por mis gustos y aficiones sí lo soy.
-¿Y por qué eres rara? Y, ¿si los raros son ellos? ¿Cuáles son los malos, y quiénes son los buenos? Estoy harta de la gente que te juzga por lo que haces. Sí realmente te gusta una cosa, nadie te tiene que juzgar por ello.
Carla se quedó totalmente asombrada con las palabras que acababa de decir Lucia. Verdaderamente, tiene razón. Si a ti te gusta una cosa, nadie te debería de juzgar por ello.
-Tienes razón.
Tras un rato hablando con Carla, llegaron por fin al lugar donde habían quedado. Por ‘’suerte’’ las únicas personas que estabas eran Sofía, Rocío, Alexia y ellas dos. ¡Qué divertida iba a ser la espera!
-¡Oh! Mira quién se acerca.- dijo Sofia.
-¡Oh! Mira quién está. La que creía mi amiga pero luego va diciendo cosas a mis espaldas.- la respondió Lucia.
-Qué penita. ¿Tú novio no te quiere? Lógico. Habrá encontrado a una chica mejor. Total, en un día puedes llegar a hacer tantas cosas…
Esas palabras a Lucia la resbalaban. Ella sabe perfectamente como está con su novio.
-¿Te sientes mejor por decir eso?
-¿Y tú te sientes mejor por decirlo?
-Venga chicas parad ya.- dijo Rocío.
Carla, que no sabía lo que pasaba, se fue con su amiga, que curiosamente, era Alexia.
-Mira, incluso tus acompañantes vienen a nuestro lado.- dijo Sofía haciendo referencia a Carla.
-Carla se va con quien quiere. Yo solo la acompañaba, ¿vale? Ahora si no te importa deja de meterte en mi vida y busca un poco en la tuya.
Lucia sabía perfectamente cómo hacer verdadero daño a Sofia. Pero ella no quería eso. Quería tener un viaje relajado. Asique tenía que medir bien sus palabras.
-Yo me meto donde me tengo que meter. O es que ya no te acuerdas que el sábado si no te llego a salvar el culo no hubieses estado con José.
-Mira yo ya te lo agradecí en su momento. Y no creo que te tenga que hacer una escultura, porque yo también te he encubierto muchas veces.
Sofía no sabía qué decir. Las palabras de Lucia tenían mucha verdad.
-Ya lo sé. Porque hay que ser idiota. ¿Y tú novio dónde está?
-Mi novio está en…- dijo Lucia sin poder terminar la frase.
-Su novio está aquí.- dijo José que acababa de llegar tras una gran carrera.

Capitulo 22


Todo era extraño. Estaban los dos juntos en la cama de Lucia.
-Te quiero.- dijo Lucia susurrando a José.
-Y yo a ti.
Tras estas últimas palabras, se dieron un beso. Un gran beso. Ninguno quería que aquella noche acabara nunca. Era especial. Era de ellos. Solo de ellos.
-Oye, ¿sabías que esto iba a ocurrir?- dijo Lucia tumbada en el pecho de José.
-No claro que no. Pero lo sospechaba y he venido preparado.
-Jajaja, más te vale. – dijo Lucia dándole otro beso.
-Oye creo que debería irme ya. Son las 3 de la madrugada y mañana hay clases y…
-Cállate.- dijo Lucia.- Solo quédate a mi lado. Por favor.
-Vale. Me quedare.
Los dos estaban abrazados.
-¿Sabes?- dijo Lucia, mirándole a los ojos.- Me da igual lo que la gente diga de mí. Yo te quiero y voy a estar a tu lado.
-Me alegro de que me digas eso. Porque yo también quiero estar a tu lado.
De pronto, Lucia y José escucharon pasos procedentes de la habitación de su hermana.
-¡Rápido! Escóndete en el armario.
Rápidamente, José cogió su ropa y la metió en el armario. Mientras, Lucia colocaban todo y saltó sobre la cama. Se tapó e hizo como si allí no hubiera pasado nada.
-Tata, ¿estás bien?
-Sí, ¿por qué?- dijo Lucia, intentando poner voz de dormida.
-Porque escuché ruidos.- dijo Lydia estirándose.
-Serán productos de tu imaginación. Ahora vete a dormir.
-Vale. Buenas noches.
Nada más irse la pequeña, José salió.
-Uff por poco. Creo que debería de irme.- dijo José vistiéndose.
-Jooo. No quiero que te vayas. Quiero que te quedes conmigo toda la noche-. Dijo Lucia como una niña pequeña.
-Jaja. Lo siento, cielo, pero imagínate que por la mañana entra tu madre y nos ve. ¿Qué hacemos?
-Pues bueno, en esa situación tenemos dos opciones: o matarnos nosotros o que nos mate ella.- dijo Lucia riéndose.
-Pues prefiero sobrevivir y verte el resto de mi vida.
-Vale, no insistiré…
-Lucia, esta noche ha sido muy especial para mí. Nunca la olvidaré. Ni a ti tampoco.
-Yo a ti tampoco, cielo.
Lucia salió de la cama y fue corriendo hacia el cuello de José. Se miraron unos segundos y se besaron.
-Te quiero.- dijeron a la vez.
-Bueno yo ya me voy. Me bajaré por donde he subido.
-¿Seguro? Podrías bajar y salir por la puerta.- dijo Lucia señalando la puerta de su habitación.
-No. Prefiero salir por aquí.
-Oye, antes de irte una cosita. Tú mañana tienes clase, ¿no?- dijo Lucia.
-Sí. Por desgracia.
-Ams. Es que me acordé de que la profesora nos dijo que si queríamos podríamos traer algún amigo, ya que el museo es gratis y vamos andando.
-Sería una gran oportunidad…
-No te dejaré faltar a las clases. Es que algunas personas mañana tienen el Cross.
-Hmm. Yo creo recordar que lo tenemos dentro de una semana. Total yo no voy. Soy muy malo.
-Jajaja. Mi instituto no va. Asique no me preocupo de ello.
-Pues mejor para ti.- dijo José sonriendo.
-Bueno vete ya, que si no al final te quedarás aquí toda la noche.
-Sí me voy ya. Adiós.
Antes de bajar por la ventana, se dieron el último beso de la noche.
-¡¡Te quiero!!- gritó Lucia.
Ella sabía perfectamente, que no iba a dormir bien. No podría dejar de pensar en él. En lo que ha sucedido. Le encanta. No para de darle sorpresas. Realmente le gustaría que mañana estuviese con ella. Pf. El grupito. Se encontrará con sus ‘’amigas’’. Cosa que no le gustará nada. Poco a poco le fue entrando sueño hasta que, sin darse cuenta, se durmió.

Capitulo 21


-Tú estás muy loco.
-Sí, por ti.
Lucia besó a José.
-¿Cómo has llegado hasta aquí?
-Tengo internet en mi móvil. Mientras andaba, hablaba contigo. Tuve que quitar la llamada esa, porque no quería que me vieses como me vestía.
-Ha sido una verdadera sorpresa.
-Lo que ha sido una verdadera sorpresa ha sido conocerte.
Estaban locos. Eran jóvenes. La noche acababa de comenzar y a pesar de tener a los padres de Lucia y a su hermana en las habitaciones de al lado, ellos ardían de pasión.
No podían controlarse. Lucia empujó a José a la cama. Él se quito la camiseta. Lucia se lanzó hacia sus abdominales. Los acariciaba. Le besaba. Era para ella. Solo para ella.
Intentaron no hacer nada de ruido. Ninguno esperaba que aquella noche fuera la elegida. Se dejaron llevar. Nadie les obligaba a hacer nada. Fue una noche apasionada.

Capitulo 20


La cena pasó rápidamente. Lucía, al terminar, subió a su cuarto para cambiarse. Todavía era pronto. Decidió ponerse a escuchar música mientras esperaba a la hora. Los minutos fueron pasando, sin que Lucía se diera cuenta. Para ella, casi todo su mundo era la música. Aunque no conseguía evadirla del todo. Sigue pensando en las chicas, y en Carla. Parecía maja. Realmente maja. Aunque posiblemente no se vuelvan a ver. Mientras pensaba en lo que había sucedido aquella tarde con Sofia escuchó que llamaban a la puerta. Paró la música.
-¿Sí?
-Cielo ya es hora de irse a la cama.- dijo Paula asomándose por la puerta.
-Sí mama cinco minutos y me acuesto.- dijo Lucia mintiendo.
Eran las 23.00 asique tendría que fingir estar dormida. Sus padres estuvieron levantados durante un tiempo. Mientras Lucia esperaba, pensaba en lo que ocurriría mañana en el museo. La vería. Vería a Sofia. ¿Se hablarían? Seguramente no. Seguramente Rocío haya corrido a contarle a Sofía todo lo que le dijo. Pensando se le fue el santo al cielo. Sus padres ya estaban acostados, asique decidió abrir su portátil. Ya sería la hora. Y así era. Eran las 23.50. Rápidamente encendió el MSN. Allí estaba.
Enviaron videollamada nada más verse.
-Hola, cielo. ¿Qué tal?
-Hola, cariño. Pues bueno. Llevo una tarde movidita.
-¿Y eso?
-Salí cuando dejamos de hablar para olvidarme de todo. Y me encontré con Rocío. Estuvimos hablando y hubo más movida.
-Dios, tus problemas no disminuyen.
-No, que va. Y encima mañana tenemos una excursión y ellas van a estar. Lo voy a pasar realmente mal.
-Ojalá me pudiera ir contigo. Yo mañana tengo clase normal.
-Vente.- dijo Lucia de broma.
-Jajaja, a lo mejor me paso por allí.
-Mmm, vale. Pero si te pasas hazme una señal o algo.- dijo Lucia guiñándole un ojo.
-¿Cómo cual?
-Silba tres veces.
-Jajaja. Vale.- dijo José.
-Y tú que tal.
-Pues bien. Mi tarde no ha sido nada como la tuya. Solo ayudé a mi madre y estuve esperando hasta ahora para hablar contigo.
-¿Sabes? Cuando salí a la calle pensé en irte a ver.
-¿Y por qué no viniste?- preguntó José.
-Porque no sabía si me ibas a abrir con tu madre en casa.- dijo Lucia
-Pues claro, boba.
En ese momento vio José como una lágrima se caía en la cara de Lucia.
-¿Qué te pasa?-dijo José
-Nada. Eso es lo que me pasa. Que nada sale bien. Todo es una mierda
-Ya verás como dentro de poco algo te saldrá bien.
-No, José. Llevo una semana que todo me sale mal.
-¿Incluido conocerme a mí?
-No. Conocerte a ti no. Pero si pelearme con mi madre y con mi padre…
José no lo podía soportar más.
-Oye ¿dónde vives? Tengo pensado ir muy pronto a ver a visitarte.
Lucia tecleó la dirección de su casa, creía que así si se le olvidaba lo podía mirar.
-Es esa.- dijo Lucia con ojos llorosos.
-Tus padres están dormidos, ¿no?
-Sí, ¿a qué vienen tantas preguntas de repente?
-No por saber si puedo hacer un poco de ruido. Tengo que abrir un cajón.
-Puedes hacerlo.
-Oye, tengo que cortar la videollamada. Pero seguimos hablando.
-Vaalee…-dijo Lucia sin mucho ánimo.
-Adios, te quiero. Besos.
José cortó la videollamada antes de que Lucia pudiese contestar.
Estuvieron hablando de intereses y gustos. El tiempo se pasaba muy rápido. Mañana tendría que madrugar. Pero la daba igual si seguía hablando con él. Con su novio. La hacía feliz. Pero de repente:
-¡¡José!!
-Que pasa Lucia.
-Me están tirando golpes a la ventana!!!!!- dijo Lucia.
-Tranquila ve a verJ Yo espero aquí.
-Vale…
Lucia aparto el portátil de sus piernas y abrió las ventanas. Se asomó y…

Capitulo 19.


Aunque la conversación con José la ha ayudado bastante, todavía no puede olvidarse de Sofia. Piensa en aquella conversación. En lo que se dijeron. Se pasó cinco pueblos. ¿Será ese el fin de su amistad? Se han ayudado mucho mutuamente y se quieren o se querían mucho. Ella la ayudó en la fiesta para irse con José. Puede que sea mejor que sus caminos se separen y dejen de hacerse daño. Está hecha un verdadero lio. Necesita despejarse. Y en ese caso, la música no le ayudaría, lo contrario. Le haría pensar más en ella. Necesita salir a dar un paseo.
-Mamá salgo un momento, no tardo.-dijo Lucia.
-Vale, a las 8 aquí.
-Sí.-dijo Lucia sin mucho afán.
-No voy a estar una hora y media en la calle- pensó.
Caminando y caminando se fue pasando el tiempo. La verdad, no sabía por qué había salido. Se puso una coleta, ya que tenía un poco de calor. En aquella época del año casi nadie salía con abrigo y la mayoría estaban en manga corta, incluida ella. Estaba agotada psicológicamente. Tras un tiempo caminando, se sentó en un banco. Se recogió las piernas y apoyó su cabeza en ellas. ¿Qué hacía allí? Piensa lo mismo que pensaba en su casa. Está sentada enfrente de un escaparate de cristal. En él estaba reflejada ella y toda la gente que pasaba. Detrás de ella, creyó haber visto a una persona familiar. ¿Será su imaginación? Se gira para confirmar. Está ahí realmente.
-Ah, hola.- dijo Lucia.
-¿Me puedo sentar? Ya me ha contado Sofia lo que os ha pasado.
-Sí claro.- dijo Lucia sin extrañarse nada en aquellas palabras. Conociendo a Sofía ya lo sabrán hasta en Italia.
-¿Estás bien?- dijo finalmente Rocio sin saber muy bien que decir.
-Oye mira, si has venido para sacarme información sobre mi estado, te puedes ir largando.
-¿Porqué iba a hacer yo eso? Soy tan amiga de Sofia como tuya. No soy una especie de espía.- dijo un poco molesta.- Solo me he preocupado de cómo estabas.
-Gracias. No hacía falta. Estoy bien.- dijo Lucía sin apenas mirarla.
-Oye si vas a estar así conmigo me marcho por donde he venido.
-¡¡Es que estoy harta de todo!! Harta del mundo, harta de la gente. De todo.- dijo Lucia realmente furiosa.- ¿Porque me guste mucho un chico tengo que ser una puta? Pues no.
-Yo no te he dicho nada de ser una puta o no. Yo te estoy diciendo que cómo estás, porque realmente me interesa. Soy o creo que soy tu amiga. Y me preocupo por ti. Pero ya veo que te molesto, asique me iré.- dijo Rocio levantándose del banco.
-Vale, adiós.
Pff. ¿Ahora también odia a Rocio? No puede ser. Necesita un cambio de aires. Nuevas amistades. Ese grupito en verdad no me gustaba. Sé que me criticaban a mis espaldas. Ellas no eran amigas de verdad. No sabía qué hacía con ellas. Mejor sola que mal acompañada. El tiempo pasaba. Aún era de día aunque ya era las 19.00h. No sabía qué hacer. Necesitaba apoyo. ¿Se lo debería decir a su madre? No. Porque la preguntará el porqué se enfadaron y ella le tendrá que contar lo de José. En este asunto estaba sola.
-Ya es hora de irse.- pensó.
Se levantó del banco y regresó a su casa.
Durante el camino era como si no estuviese. No prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor. Incluso cree haber empujado a unas personas, pero no se enteró de lo que decían.
Ya casi había llegado a su casa cuando, al empujar a una señora, la tiró. Inmediatamente la ayudó a levantarse y le pidió disculpas, a lo que ella la dijo que hay que mirar por donde se va. Seguidamente, una chica que tenía más o menos 16 años corrió y ayudó a la anciana.
-Lo siento mucho yo… yo.- Lucia no sabía que decir.
-No te preocupes. Está bien, la próxima vez tengo más cuidado.
-Sí claro.
-Me llamo Carla.- dijo con voz dulce.
-Yo me llamo Lucia, encantada. ¿Necesitas ayuda?
-Lo mismo digo. No, no gracias. Ya nos veremos por aquí. Me tengo que ir.
-Sí, ya nos veremos. Adiós.
Carla y la anciana se fueron lentamente. Lucia también prosiguió su camino. Y a se estaba empezando a hacer tarde.
-¡¡Hola, ya estoy en casa!!- gritó Lucia al abrir la puerta.
-Ah. Hola, justo a tiempo. Ayuda a Lydia a colocar la mesa para la cena.
-Sí, ahora voy.
Mientras que ayudaba a la pequeña, recordó que había quedado con José para hacer una videollamada por la noche. No se podía dormir-.
-¿Dónde has ido?- preguntó Lydia.
-A ningún sitio. Me he ido a despejar un poco del fin de semana. Que mañana tengo que madrugar mucho.
-¿Por qué?
-Porque mañana tengo una excursión.
-Ah. ¡¡Yo me quiero ir contigo!!
-Jajaja. No te lo recomiendo. Vamos a ir a ver un museo de Madrid. Va a ser realmente aburrido.- dijo Lucia intentando convencer a Lydia.
-Jooo. Mis excursiones son más divertidas.
-Porque tú eres especial.- dijo Lucia dándola un beso un la mejilla.
-Yupiiiiiiii.
-¿Qué está pasando aquí?- dijo Paula.
-Nada que Lucia me ha dicho que soy espechial.- dijo Lydia.
-No, cariño. Espechial, no. Es especial.
-Espechsial.- dijo Lydia intentándolo.
-E-s-p-e-c-i-a-l.- dijo Paula, para que lo entendiera mejor.
-Espesial.
-¡¡Casi!! Inténtalo de nuevo.- dijo Lucia animándola.
-Especial.- dijo Lydia sonriendo.
-¡¡Sí!!- dijo Lucia, cogiendo a Lydia.
Paula aplaudió.
-¡¡Yujuu!!
-Bueno chicas, creo que ya es hora de cenar, ¿no?- dijo el padre, Carlos, llevando la cena a la mesa.

sábado, 28 de enero de 2012

Capitulo 18


-Mándame una videollamada.- dijo Lucia.
-Sí, sí. Es lo que llevo intentando hacer desde que te tenía agregada.
-¿No sabes?
-Pues no mucho. No me considero un experto en redes sociales.
-Ya lo veo. Jajaja. Anda quieto, a ver qué tocas. Ya envío yo.
-Ok.-dijo José.
En pocos instantes en su pantalla recibió una videollamada. No dudó en aceptar. En poco tiempo se podían ver sus caras a través de dos cuadros pequeños a la izquierda de la conversación. Ambos estaban igual que esta mañana.
-Hoola, ¿se me escucha bien?- dijo Lucia.
-Sí, ¿y a mí?
-Perfecto, como tú.
Ahora Lucia sí podía ver a José ponerse un poco rojo.
-Jajaja, ¿recuerdas que ahora te puedo ver, no?- dijo Lucia sonriente.
-Ams sí. Bonitos cascos.
Lucia se miró a través del cuadrado que tenía su cara. No se acordaba.
-Sí. Es que me los puse para escuchar el CD y no me los he quitado.- dijo Lucia sonriendo.
-Oye, ¿tienes hora?
-Sí son las 18:30h.
José se quedó asombrado, no alzó el brazo para mirarlo en su reloj.
-¿Te la sabes de memoria, o qué?
-Jajaja. No, ¿por qué lo piensas?
-Porque te he estado mirando y no has levantado el brazo para mirar el reloj.
-Ains, que tonto eres. Tú también tienes hora a mano. Debajo de la pantalla tienes una barra y a la derecha del todo, te marca la hora.
-¡Ah! No lo sabía.
Lucía sonrió. Aquello le recordaba a un capitulo de ‘’Modern Family’’ sobre todo, a la canción del termostato.
-¡¡¡¡José, baja y ayúdame!!!!- dijo su madre.
-Oye, Lucía…
-Lo he escuchado. Anda vete y ayuda a tu madre.
-¿Quieres que me vaya?
-Pues claro que no. Me pasaría todo el día hablando contigo.
-¿Y, la noche?
-Hmm, ¿es una proposición?
-Puede…
-¿A qué hora?
-Sobre las 12.
-Te estaré esperando.
-Vale, adiós. Te quiero.
-Te quiero, cuídate.
-Hasta luego.
José cerró la conversación y corrió a ayudar a su madre.

Capitulo 17


No sabía qué hacer. Lucia estaba realmente furiosa. Su amiga le había dicho que parecía una ****. Nunca se lo hubiera esperado.
Antes de cerrar su cuenta, vio a alguien muy interesante entre la lista de contactos conectados. José se había conectado, ¿qué hacia? Seguramente si ahora habla con él, no sería muy amable. Pero… necesitaba hablar con alguien que la apoyara.
-Hola.-dijo Lucia.
-¡¡Hoola!! Me alegro mucho de que te haya impresionado el CD.
-Sí.- dijo Lucia sin muchos ánimos.
-¿Te pasa algo?- dijo José.
-Bueno, un poco. Me he enfadado con Sofia.
José no sabía qué hacer, ¿le pregunta?
-¿Qué ha pasado?
-Pues que le dije que hasta el viernes no te podría ver, y ella me respondió que tampoco es que nos conociéramos mucho. Que estaba empezando a coger fama de ser un poco ****.
José se quedó sorprendido. Sofía le pareció una persona realmente amable. Al menos, con él sí lo fue.
-Mira Lucia, realmente no nos conocemos mucho. Pero yo me siento muy a gusto a tu lado. Quiero estar contigo lo máximo que pueda. – dijo José con total sinceridad.
-Y yo contigo, pero es que ella no lo quiere entender.
-Porque ella no siente lo que nosotros sentimos. ¿Tú quieres estar conmigo?- dijo José nervioso, aunque se imaginaba la respuesta.
-Pues claro. ¿Cómo lo puedes dudar? Cuando estoy contigo no pienso nada más que en tus labios, en tus ojos…- Lucia se sonroja. Realmente no pensó lo que le dijo.
José no se esperaba una respuesta así. La verdad, es que a él le pasa lo mismo.
-Lucía, lo que siento por ti en dos días, no lo he sentido por ninguna otra chica en dos años. Pero quizás la gente tiene razón y vamos muy rápido.
-A mí me da igual lo que piense la gente. Desde que me dijiste que viviera el momento, me dejo llevar por el momento.
José sonrió.- ¿Con todos?
-No bobo, solo contigo.
-¡¡Ah!!
-¿Qué te crees tú?- dijo Lucia siguiéndole el juego.
-Yo nada, nada…
-¡¡Asco de internet!!- dijo de repente Lucia.
-¿Qué pasa?
-Pues que ahora me apetecería besarte, pero no puedo.- dijo Lucia un poco triste.
-Jajaja. Pero eso no es culpa del internet. Mira.
Lucía esperó unos instantes. ¿Qué tendría que pasar exactamente? En pocos segundos encontró la respuesta.  Había recibido una llamada.
-¿En tuenti? Jaja, son mejores en MSN. Tienen mejor calidad.
-Ah, perdón, perdón. No soy tan experto.
Lucía sonrió. Realmente, lo necesitaba.
-Anda bobo. Dame tu MSN y te agrego.
Se intercambiaron los MSNs y se agregaron mutuamente.

Capitulo 16


La pequeña Lydia entró corriendo en el cuarto de su hermana. Lucia se despertó inmediatamente.
-¡¡Qué pasa!!- dijo asustada.
-Jijiji, nada tata. Que hace mucho que no te veía y quería darte un abraso.- dijo Lydia dejando mostrar su sonrisa.
-Ah, que susto. Creía que pasaba algo.
-¿Cómo qué?- dijo Lydia pensativa.
-Como que… el monstruo de las cosquillas te ataque.- dijo Lucia haciendo muchas cosquillas a su hermana.
Lydia no paraba de reírse. Era superior a ella. Intentaba huir, pero en todos sus intentos fracasó.
-¡¡Tiempo!!- dijo difícilmente Lydia.
-Jajaja, ¿qué pasa? ¿Ya no puedes contra el monstruo?
-El monstruo se ha hecho muy fuerte.- dijo Lydia un poco enfadada cruzándose de brazos.
-Vale, pues le enviaré una carta diciéndole que en la próxima pelea venga más débil, ¿vale?
-¡¡¡Vaaaaaaaaaale!!!
Lydia se fue corriendo de la habitación de su hermana por temor a que la volviese a hacer cosquillas. Ahora tenía un dolor de tripa que le hacía sonreír, porque para ella significaba que todavía era joven y libre.

Lucía decidió volver al mundo real. Decidió ponerse a Tuenti y MSN, ¿tendrá alguna novedad?
Lo primero que miró fue el MSN, sin ninguna novedad. ¿Tendrá alguna en Tuenti?
Sin muchas ganas, tecleó su dirección de correo electrónico y su contraseña. La barrita azul se estaba cargando. lllllllllllllllllllllllll 96% cargado y…100%
-¡Woh!- exclamó Lucia al ver que tenía bastantes novedades.
Antes de hacer nada, un cuadradita con un 1 en verde la anunció que Sofía la estaba hablando.
-¡¡Ey tía, ya me estas contando todo lo que ha pasado hoy!!
-Jajaja, tu tranqui. Que estoy muy cansada y tengo un montón de cosas que ver.
-Pero lo prioritario es lo prioritario, ¿no?
Lucia se dio por vencida y decidió contarle todo lo que había pasado con José. Mientras que Sofia escribía y pensaba lo que iba a decir, Lucia aprovechó para ver unas cuentas novedades de su perfil.
5 peticiones de amistad. Ninguna la llamó la atención, hasta que leyó una que ponía: José López Gutiérrez. ¿Será él? El mensaje que incluía la petición de amistad, quitó las dudas a Lucia.
‘’Te encuentro en todos los sitios. ¿Escuchaste ya el CD?’’
Lucia sonrió y decidió responderle.
‘’¡¡Hoola!! Jajaja, es que soy muy fácil de encontrar. Sí, nada más volver escuché tu CD. Me impresionó bastante. Gracias.
Al darle a ‘’enviar’’ Lucía encontró que Sofia la llamaba.
-Eooooooooo, ¿estás?- dijo Sofia.
-Que sí, pesada. No te puedes creer lo que me ha pasado.
-¡Cuentaa!
-Pues que mientras que estaba hablando contigo, decidí mirar las peticiones de amistad, y… ¡¡José me ha encontrado!!
-Jajaja, ¡dios! ¿Y qué has hecho?
-¿Tú qué crees? Pues le he aceptado.
-Ya podrás hablar con él en muchos sitios, jaja.
-Sí… no me vendrá mal. Porque si te das cuentas hoy es domingo, y no podremos vernos hasta el viernes, y para eso quedan muchos días. Solo podremos hablar, no vernos.
-¡Oh, qué penita :’(¡- dijo Sofia.
-¡Cabrona!
-¿Pero tú ves lo que está pasando?
-Em… ¿sí?- dijo Lucia.
-¿Seguro? Si os conocisteis el sábado, por la noche le invitaste a la fiesta, luego casi os enrolláis y hoy volvéis a quedar… ¡Ni que estuvierais saliendo cinco años!
-Pues para nosotros sí es así. Nos sentimos cómodos y a gusto.
-Me parece muy bien, pero aunque lo parezca, no lo es. No te lo quería decir, pero enrollarse con un tío nada más conocerle en un día, parece un poco de ****.
-¡¡¡¿Qué?!!!- dijo Lucia, que no se podía creer lo que estaba diciendo Sofia.
-Pues sí. Lo que lees. Es la fama que te estás creando un poco entre todos.
-Pues nada, vete con ellos a hablar sobre mí.
-Pues vale. Adiós.

Antes de que Lucia pudiera decirle nada más, Sofia, se desconectó. 

Capitulo 15


-Estoy agotada.- pensó Lucia.
Tras dos intensos y largos días, al fin, ya estaba en casa. Realmente, ella quería estar entre sus brazos. Sintiendo su fragancia… Pero no. ¿Realmente van enserio? Pff. Todavía no quería decirle nada a sus padres, ¿qué les iba a decir? Que ¿se conocieron hace dos días, que han ido a una fiesta juntos, que se han besado, que casi pierden ambos la virginidad, que esta mañana la engañó y se fue con él al parque de atracciones? Se ríe. Si le dijera todo eso, lo primero se quedaría en su casa hasta que las ranas críen pelo. De momento no le puede decir nada, cosa que a Lucía no le gusta nada. No se considera unas de las mejores mentirosas de su casa. Tarde o temprano, siempre la acaban pillando. Esta vez, espera que no sea así.
Ahora mismo, lo único que quería hacer era evadirse de todo. No existir. Necesitaba descanso total. Cerró la puerta, cogió sus cascos y decidió escuchar el disco que José le había regalado aquella misma mañana. Coge su portátil e inserta el CD. Al ver los títulos de las canciones sonrió. Era un poco de todo: rock, pop, rap, ranchera, bacalao…
-¡Que mezcla!- pensó.
Se quedó realmente impresionada al escuchar las canciones. Porque expresaban verdaderas realidades, e incluso algunas, amor espontáneo. Seguramente lo habrá hecho aposta.
Mientras que las canciones van sonando a través de sus cascos, se tumba en la cama con los ojos cerrados.
-Tendré que esperar mucho tiempo antes de volver a verle.- pensó.
Tras este último pensamiento, Lucía, se durmió con  un tema muy popular de rock ‘’Don’t Cry’’

viernes, 27 de enero de 2012

Capitulo 14


Sacaron dinero y compraron las entradas. Verdaderamente José no se imaginaba que hoy se pudiese encontrar en aquel lugar. En el lugar, donde había dejado muchos recuerdos atrás. Justo donde llevó a su última novia, cuando tenía 11 años. Sus padres les acompañaban, pero recuerda perfectamente que ellos dos tenían mucha intimidad, aunque con 11 años no hacías mucho. Pero ahora es diferente. Ahora está con ella. ¿Será por alguna extraña razón? ¿O simplemente para divertirse?
-Gracias, espero que se diviertan.- dijo la vendedora de tickets al principio del parque de atracciones.
-Gracias a usted.- dijo Lucia.- Bueno que, ¿te gusta el sitio?- dijo esta vez refiriéndose a José.
-Pues la verdad, es que de todos los sitios de la ciudad, este es el último sitio en el que pensaría.
-Jajaja. Pero, ¿te gusta? Si te aburre nos vamos.
-No, no. Este está bien. Te recuerdo que nada más entrar al parque de atracciones te dije que hace mucho que no venía. Bueno y, ¿dónde nos montamos?
-Pues la verdad, es que no me apetece ninguna atracción en especial, ¿y a ti?- dijo Lucia mirando todas las atracciones del parque.
-Jajaja. A mí me pasa lo mismo. ¿La primera que veamos?
-Vale.- dijo Lucia acercándose hacia la boca de su novio.
-La más cerca es la noria.- dijo José señalándola.
-Pues la noria.
Se subieron y la noria comenzó a dar vueltas. Primero lentamente y después aumentó la velocidad.
-Bueno y, ¿por qué hemos venido aquí?- preguntó José curioso.
-La verdad, no lo sé. Me apetecía. De pequeña venía mucho aquí, pero últimamente casi no lo piso.
-Ajá, te entiendo. Yo hace más o menos dos o tres años tampoco.
-¿Y eso?
-Porque la última vez que vine con 11 años, vine con mi novia y, mientras que estábamos en la montaña rusa, me dijo que me utilizó para dar celos al chico más popular de la clase.
-Eso es cruel.- dijo Lucia intentando comprender la historia que le contaba José.
-Ya lo sé. Me hice ‘’quererla’’ para que de celos a un chico.
-Yo nunca te haré eso.- dijo Lucia con voz dulce.
-Ya lo sé.- dijo José acercándose hacía su boca.- Te hice esto; es un disco con todas mis canciones favoritas. Escuché por ahí que te encantaba la música.
-¡¡Oh!! Muchísimas gracias. Yo no te he hecho nada. Te prometo que en el momento en el que llegue a casa las escucho.
-Jajaja. No hace falta que me hagas o des nada. Con estar a mi lado me es suficiente.
-Gracias de verdad. Me ha encantado.
En ese momento, la noria deja de dar vueltas para que los visitantes vayan bajándose de ella. Ellos fueron los terceros en bajar de la noria, tuvieron que esperar un poco.
-Bueno y ahora, ¿dónde?
-¿Vamos al ‘’boomerang’’?- dijo Lucia.
-Claro vayamos.
Mientras que llegaron a la atracción Lucia se guardó el CD, que le había dado su novio, en el bolso.
-¿Lista?
-Lista.- respondió Lucia sonriendo.
El ‘’boomerang’’ es una de las atracciones que más vueltas da y rápido. Para algunas personas, mareaba un poco.
-¿¡Qué tal!?- dijo José a Lucia gritando para que le oyese.
-¡¡Bien, bien!!- respondió Lucia.
Tardaron más o menos 3 minutos en dar tantas vueltas.
La mañana se pasaba muy deprisa, pero para ellos parecía poco.
-Ya me tengo que ir.- dijo José.
-Yo también debería ir de camino a casa. Se me ha hecho corta la mañana, no quiero separarme de ti.- dijo Lucia abrazando a José.
-Yo tampoco me quiero separar de ti, pero no podemos hacer nada.  Mañana es lunes y vuelven las clases y el sábado por la mañana yo trabajo. Pasaremos una temporada sin vernos.
-¡¡¡NOOOOOO!!!
-Jajaja, tranquila. Te llamaré.
-Y yo. Eso seguro. Pero no es lo mismo hablar por móvil que verse cara a cara.
-Más o menos es lo mismo…- dijo mintiendo.
-¿Por móvil te puedo besar?
-No…
-Pues entonces ya no es lo mismo.
-Bueno pero habrá que acostumbrarse. Me tengo que ir.- dijo José.
-Jajaja. Yo también. Adiós José.
Antes de irse, José agarró la mano de Lucia y la acercó.
Ella estaba sorprendida ¿qué pasaba?
-Ahora estoy completamente seguro de que te quiero dijo José susurrándola al oído.
Ella también lo estaba. Le quería.